APRENDER A QUERERTE

¡Buenos días / Buenas tardes a todos!

Ya estoy bastante aterrizada en México. Las noches todavía se me hacen muy duras, sigo soñando mucho con mi pasado, vuelvo atrás como si nada hubiera pasado y aunque me despierto un poco “tocada” durante el día estoy bastante distraída.

Esta mañana ha sido diferente, me he despertado muy triste sin ninguna razón, supongo que todavía estoy asimilando el cambio. A pesar de todo, he puesto mi mejor sonrisa y he salido de la cama dispuesta a cambiar mi día. Hemos ido a misa por la mañana y ha sido espectacular, aquí viven la fe de una manera súper intensa. Por la tarde hemos ido a jugar al polo, no sabéis qué maravilla, siempre he sabido que los caballos son muy terapéuticos pero hasta hoy no lo había comprobado. 

Me gustaría compartir una vez más con vosotros cuánto me está ayudando la religión en este camino.

He sido educada en una familia católica, en la que los valores, el respeto y la religión han sido los pilares de nuestra familia. La forma en la que nuestros padres quieren que avancemos en nuestra vida no es siempre la que nosotros escogemos. He tenido momentos de rebeldía alejados de la religión, supongo que como todos. Y no ha sido hasta más tarde que me he dado cuenta de cuánta razón tenían.

Cuando empecé con A. sentí que todo aquello que mis padres habían sembrado en mi corazón empezaba a tener sentido. Después de muchos años alejada de la Iglesia tuve la necesidad de compartir mi felicidad con Dios. De ésta manera volví a reencontrarme con él.

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Hace unos días me enviaron un mensaje del Papa Francisco quién nos anima a seguir adelante a pesar de las dificultades con las que nos encontramos en el camino, me sentí perfectamente identificada y por eso he querido compartirlo con vosotros en la quote11.

Bueno, como os decía, la religión me está ayudando mucho, sobre todo, mis compañeras de Emaús quiénes siguen muy pendientes de mi. No sé si conocéis el retiro, pero de verdad que pasan cosas increíbles.

Había estado apuntada muchas veces, pero es complicado entrar y de verdad creo que lo consigues cuando Dios considera que es tu momento. ¿Por qué lo creo? A. me dejó un martes 23 y ese mismo miércoles me llamaron para decirme que había quedado una vacante en uno de los retiros que se celebraría el siguiente fin de semana 26 – 28 de enero. Entré triste, hice el retiro triste y salí triste… pero con una idea muy clara en la cabeza: No estaba sola, no estoy sola y Dios tiene un plan para cada uno de nosotros.