6. TODO LO QUE NO DIJE
12 de febrero de 2019
¡Hola a todos!
A lo largo de mis treinta y tantos años de vida echo la vista atrás y sé que hay tantas cosas que quise y no supe decir...
Ser educados en el respeto a los mayores y con la máxima de que ellos siempre tienen razón, en mi opinión tiene su parte positiva pero también una negativa. En mi caso soy incapaz de enfrentarme a una discusión sin hacerme pequeñita.
Siento que no voy a saber manejar la situación y por eso no soy capaz de decir de forma correcta lo que pienso. Me pasa algo rarísimo, o bien acabo llorando porque no llevo bien que me levanten la voz, o me río como mecanismo de defensa ante una situación que no sé controlar.

Llevo un tiempo trabajando en este tema porque creo es muy importante saber expresarnos para hacer entender a los demás nuestro punto de vista, nunca imponerlo, sino compartirlo desde el respeto.
Hace unas semanas una amiga subió un post que me pareció súper interesante con respecto a esto:
“Solemos tener la creencia errónea de que expresar desacuerdo o una crítica a otra persona va a terminar irremediablemente en una discusión. No tiene que ser de ésta manera si tenemos las habilidades de hacerlo de manera asertiva”
Estoy de acuerdo en que en la vida hay que establecer unos límites. No vale la teoría que impera en el mundo de hoy en día, a cerca de que debemos hacernos escuchar y hacer defender nuestros derechos sea como sea.
“Los buenos comunicadores no son aquellos que gritan más fuerte y se imponen, sino aquellos que se hacen entender para lograr sus fines”
Recuerdo cuando era pequeñita, si tenía algún problema en el cole con alguna profesora, mis padres jamás desautorizaron a ninguno de mis superiores delante de mi. No sé si después hablarían con la directora del colegio para poner en conocimiento ese problema, pero me gusta recordar que ante todo, los profesores eran profesionales y por ello tenían autoridad sobre nosotros.
Aunque no se debe generalizar, me asusta mucho ver en las noticias cómo y cada vez más a menudo los niños insultan, vejan e infravaloran, no sólo a sus iguales, sino también a sus superiores. Si no tenemos respeto por aquel que nos está enseñando de qué va la vida entonces ¿cómo lo vamos a tener hacia los demás? De ésta forma creo que lo único que provocamos es que los niños se conviertan en pequeños dictadores que hacen, dicen y actúan según sus primeros impulsos.

Por eso, las pautas que nos daba @pilarcasanuevapsicologia me parecen buenísimas para que intentemos ponerlas en práctica para evitar discusiones innecesarias. Se trata de poner en práctica la técnica DEEPA. Estos son los pasos a seguir:
DESCRIBIR la situación que me molesta tal cual ha ocurrido sin juzgar ni acusar: “cuando dices o haces...”
EMOCIÓN; decir cómo me afecta lo ocurrido. Normalmente cuando hablamos de emociones, nuestro interlocutor empatiza.“Yo me siento...”
EMPATIZAR; ponerme en el lugar del otro. Esto es fundamental para que la persona que hablamos no se ponga a la defensiva. “Entiendo que tú...”
PEDIR; podemos pedir que cambie aquello que no nos gusta. Aquí es donde hay que dejar claro nuestro objetivo. “Pero me gustaría que...”
ALTERNATIVAS; debemos plantear opciones, es importante que la otra persona no tenga la sensación de que se le está imponiendo nada. “Qué te parece si...”
Estoy segura de que si intentamos recordar estas pautas la próxima vez que nos enfrentemos a una discusión nos será mucho más fácil no sufrir. Debemos tener en cuenta siempre que no todos reaccionamos de la misma manera ante problemas semejantes. Y por eso, como siempre digo y ante todo, lo importante es el respeto y el sentido común.
Me parece la pera que ahora, por ejemplo, haya clase de Debate en los colegios. De ésta manera enseñamos a los niños a exponer sus ideas, en vez de imponerlas. Saber cómo y cuándo decir las cosas es una herramienta muy valiosa que deberíamos desarrollar y practicar todos, yo la primera.
Y ahora no es plan de volver atrás a decir todo lo que no dije pero si de aprender de nuestro pasado para intentar no repetir los mismos fallos.