10. lo hago por mi.
27 de abril de 2019
Hola a todos,
Pasados enero y febrero, meses que escondían alguna fecha que me daba un poco de vértigo, empecé Marzo con muchísima energía y he conseguido continuar la misma dinámica a lo largo de este mes de Abril.
La semana pasada fue bastante especial porque vinieron a vernos Ale mi hermana y Edi, su novio. Se casan el próximo mes de Octubre y desde que nos dieron la noticia varias personas me han preguntado si no me duele. La pregunta me parece bastante rara, no creo que haber sufrido un traspiés haga que no puedas alegrarte de la misma manera cuando a los demás les llega un momento tan especial.
Sobre todo, me encanta saber que mis hermanas están bien y tranquilas, que han encontrado a personas increíbles con las que compartir sus vidas. Por eso os doy las gracias Papá y Mamá por hacerlo tan bien, porque habéis conseguido crear un vínculo entre nosotras en el que no cabe la envidia. Y aunque ahora Paola y yo vivamos lejos de casa, nuestro vínculo sigue siendo igual de fuerte.

foto: @hamburguerhänger
Y por el momento yo sigo haciendo cosas por y para mi. Soy capaz de disfrutar del proceso "ahora sé que el camino es la meta también" porque a pesar de que toda mi preparación física tiene un objetivo, una fecha en la que podré medir todo mi esfuerzo en unas horas, tengo claro que no he empezado esto para ganar, sino para mí.
Hace unos días un amigo me preguntó la razón por la que me estaba preparando el Ironman 70.3, tuve clara la respuesta:
"Lo hago por mi. Lo hago porque me ha devuelto la felicidad".
Pero claro, ese no es el por qué sino la consecuencia, estuvimos un rato escribiéndonos y me dio un consejo que me dejó bastante pensativa: “No bases tu felicidad en nada”. La realidad es que siempre lo había hecho de esa manera, me gusta hacer cosas por los demás, si alguien estaba feliz a mi me valía para sonreír también.
Pero ahora estoy aprendiendo a entender la felicidad como un estado, sin excusas ni pretextos, sin basarme en nada. Veo las cosas con perspectiva, vivo en el presente y he desarrollado la capacidad de no esperar resultados, de no hacer las cosas por algo, sino porque si. Una vez que empezamos a entender la vida de esa manera, creo que empezamos a querer lo mejor para nosotros y así empezar a querernos.
Por eso toca también aprender a aceptar y encajar halagos. Porque cuando pasa el tiempo y volvemos a abrir las puertas de nuestra nueva vida, nos toca dejar que nuevas personas entren en ella y confiar es una tarea, para mi gusto, muy difícil. Cuando lo hemos pasado mal, tendemos a ponernos un escudo difícil de atravesar. Personalmente confieso que me cuesta muchísimo, por ejemplo, recibir cumplidos y parece ser algo bastante común. Hablaré de esto en un próximo post porque me parece que da mucho de si.

foto: @street_style_corner