Yo por fin he conseguido quitarme las lentes, no sólo del amor, sino las más importantes; las del desamor. Ha llegado el momento en el que he encontrado sentido a muchos de los tópicos tan típicos que, claro, por algo se llaman tópicos…

 

Tengo que reconocer que me ponía muy nerviosa cada vez que alguien me decía alguna de estas frases: 

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“De todo se sale”

“Todo pasa por algo”

“Hay cosas peores en la vida”

“Hay luz al final del túnel”

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Pensaba… “no tienes ni idea de lo que estoy pasado”. “No te gustaría estar en mi situación”. Pero ¡oye! Y las ganas que tengo de poder ser yo la que dé estos consejos. Y hoy te los doy a ti, A.O. y te dedico este post; porque sí, sé por lo que has pasado. Si, sé lo que has sentido. Y definitivamente sí, se sale de ello.

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Después de esta primera reflexión y porque mi vaso ya se ha llenado, quiero compartir con vosotros una reflexión a la que he llegado.

Me da mucha pena que se haya tenido que crear el término hater para denominar a esas personas que se sienten libres de criticar sin medida a los demás.

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Me molesta muchísimo la gente que cree que porque alguien exponga su vida, los demás tienen derecho a criticar. NO y rotundamente NO. Si no te gusta, unfollow... olvídate, no mires, no leas.... pero sobre todo NO TE RÍAS, no ridiculices.

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Se supone que el sentido común nos tiene que dictar lo que está bien o está mal. Muchas personas no tienen la suerte de haber sido educadas con los valores adecuados. Esto no es una excusa y creo de verdad que todos debemos saber dónde está el límite entre el bien y el mal.

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Reírse de las desgracias ajenas, por mucho que las hagas públicas; NO está bien. No porque según dicta el karma; “Todo vuelve” tampoco porque; “quien ríe último ríe mejor” porque yo jamás me reiré. Tampoco porque en la vida: “hay que plantar bien, porque un día todos recogemos”. Sino porque hacer daño no es gratuito, porque en la vida tenemos que ser buenos, no por los demás sino por nosotros mismos.

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Y para despedirme comparto con vosotros el gusto que da cuando alguien intenta hacerte daño y no lo consigue. Porque por fin el vaso de mi pasado se ha derramado, lo he vaciado y ahora estoy llenando el de mi feliz presente.