LAS ETAPAS DE UN DUELO
6 de septiembre de 2018
¡Buenos días!
No entiendo por qué hay días que me despierto con muchísima energía, ganas de vivir y positivismo y otros, en cambio, la vida me parece pesada, gris y sólo consigo que mi memoria me lleve al pasado.
Sigo la misma rutina de vida desde que me despierto… me tomó un café sólo, cargado, un chute de energía, me voy a mis sesión diaria de B3B, me ducho y llego a la oficina.
¿De qué depende que un día sea “bueno” o “malo”? se lo pregunto a mis terapeutas, pero no consiguen ni si quiera ellos darme una respuesta. No sé si a vosotros también os pasa.
Lo que tengo claro es que pongo todas las herramientas que están a mi alcance para tratar de que los malos días se conviertan, sino en perfectos, en mejores. Sé que a partir de mañana, mi último día en la empresa en la que tan feliz he sido, todo cambiará, o al menos así es como lo espero. Después de tres años siendo la mano derecha de S.R. una persona admirable que ha confiado en mí para junto a ella llevar su propia empresa. Sé que incluso este trabajo que hasta ese dichoso día tan feliz me hacía, no me ayuda a seguir hacia adelante. Me dedico a organizar bodas… Sí, lo sé, el colmo de una novia plantada. Por eso, cuando le comuniqué mi decisión a S me dijo algo que se me ha quedado grabado: “Profesionalmente te pido que te quedes, personalmente te apoyo a que te vayas” Y así, con cada amigo al que le he contado mi decisión de darle una patada a mi pasado y empezar, poniendo mar de por medio, mi presente.

Ahora me queda un mes de preparativos, de despedidas, de hacer maletas, aunque la verdad es que incluso hasta el hecho de hacer maletas se me hace un poquito duro desde que empezó mi época de #estanoesmihistoriadeamor.
El 15 de octubre pongo rumbo a mi presente, y prometo, que a partir de entonces poco a poco, iré subiendo fotos mías. Muchos ya sabéis mi identidad, no me importa, pero se me hace más facil hablar en primera persona detrás de una pantalla de ordenador. Volver a las redes sociales con todo mi pasado me daba muchísima pena, por eso borré mis perfiles en redes sociales y decidí abrir esta cuenta “anónima”.
Supongo que muchos hemos oído hablar de cuáles son las etapas de un duelo, hay muchos médicos que enumeran entre 4 ó 5, creo que yo he identificado cuatro, aunque no haya llegado todavía hasta el final. Os voy a contar cómo llevo cada una de ellas:

1. Negación: Efectivamente desde ese dichoso 23 de enero tuve muchos meses de negación, de intentar entender cómo y por qué había llegado a esta situación. Aunque todavía no lo entiendo, y sé que nunca me llegará una respuesta racional como para quedarme tranquila, creo que he conseguido dejar atrás esa etapa. Porque incluso sin pensarlo, un día pasamos a la siguiente, o estamos entre el limbo que separa la uno y la dos.
2. Ira: Si, siento muchísima ira dentro de mí. Siento rabia por no haber conseguido identificar lo que se avecinaba antes de que sucediera, para que no me pillara por sorpresa. Incluso ira conmigo misma porque sé que en mi relación hice cosas menos bien, pedí perdón, pero no sirve de nada auto castigarse sobre algo que ya ha pasado, sobre algo que no volverá.
3. Negociación: Y tanto… he intentado contactar con él en varias ocasiones, incluso preparé la escena de Love Actually tan emblemática. Si, pinte cartelitos y me planté en la puerta de la que fue nuestro hogar durante casi dos años. No sé si por suerte o por desgracia no obtuve el resultado deseado, no seré una buena negociadora... Volví a la negación, a la ira, y aunque no he vuelto a negociar por múltiples recomendaciones, lo volvería a hacer mil y una veces. Incluso después de ocho meses si me llamara y me propusiera que nos fugáramos juntos a empezar de cero, lo haría.
4. Aceptación: Y esta es la etapa que me espera, aceptar plenamente que la persona que tanto quiero ya no está en mi vida y que no volverá. Esto supone empezar a hacer tareas, gestiones, tomar decisiones, etc. sin contar con la presencia y el apoyo que nos daba antes esa persona. No se trata de olvidarle sino de encontrarle un lugar apropiado e importante para recordar nuestra vida juntos, pero dejando espacio para otras relaciones significativas. La vida nunca volverá a ser lo mismo, pero enriqueceremos nuestro espacio con nuevas emociones y relaciones.
Y así me despido hoy, hasta el próximo post. Me encantaría que me dierais vuestros consejos, o que me contarais vuestras experiencias. Creo que en comunidad, todo se supera mejor. Y por eso doy gracias infinitas a mis hermanas de Emaús, que sé que rezan por mi cada día. En especial a C.P. y a E.L.Q. Porque sois mis ángeles de la guarda en la tierra.
Y por último os voy a dejar con un Quote excepcional que espero os ayude en vuestro día a día.
¡Muchos besos!