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12. SUN. SEA. SALT.

10 de junio de 2019

Hola a todos,

Hace ya casi un mes pasé unos días en Madrid y estoy feliz porque todo fue ido y está mucho mejor de lo que esperaba.

 

Las semanas previas a mi visita reconozco que estuve bastante nerviosa, una mezcla de sensaciones encontradas invadían mis noches. Durante el día conseguía mantenerme entretenida con mis rutinas de deporte y vida en la jungla. Pero como ya sabemos, la cabeza va por su cuenta, los sueños no están bajo mi control y me estaba costando descansar más de lo normal.

 

​Unos días antes de despegar leí una frase de mi amiga L.Z. que consiguió apaciguar muchos de mis miedos:

“Es momento de descansar, así que quítate las penas y apaga las dudas.

Calla tus pensamientos, deja que reine la paz y refúgiate en el silencio.

El pasado ya no está y el futuro empieza mañana.”

Así dediqué mis últimos días a seguir entrenando y con todas estas sensaciones y pensamientos en mi cabeza subí al avión que me devolvería a casa después de cinco meses de tregua.

Volvía a casa en mi nuevo yo, reconozco que desde que estoy doradita por el sol, mi cuerpo empieza a responder a la cantidad y calidad de deporte que estoy practicando y mi felicidad interior empieza a dar sus frutos en el exterior, los pasos que doy son más firmes. 

 

Estoy contenta con quién soy y tenía muchísimas ganas de que mis padres y grandes amigos fueran partícipes de mis avances.

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foto: @liven_ph

Ocupé mis días con planes de calidad para disfrutar de los pequeños detalles de vivir en una gran ciudad. Algunas comodidades a las que tenemos acceso de la forma aparentemente más fácil, son aquellas que más echo de menos viviendo en México. El agua corriente, la presión de la ducha, una caña Mahou bien fresquita... y por supuesto a mi familia y amigos.

El sábado 18 tuve una boda, ya sabéis mi animadversión por éstos eventos pero una vez más y con mi mejor sonrisa salí a la calle dispuesta a pasar un gran día. Y así fue, bailé, brinde y disfruté. No por todo lo que pudo ser y no fue, sino por todo lo que está por pasar; 

“El éxito en la vida no se mide por lo que logras,

sino por los obstáculos que superamos.

Y éste tren, amigos, no ha hecho más que arrancar”

Ya de vuelta en México os cuento que he respirado muy tranquila, he pisado tierra firme y con total seguridad puedo confirmar que mis monstruos se han disipado. Pensar en volver me dio pena, no por el hecho de venir a lo que ya considero mi casa, sino por recordar la razón por la que tuve que irme, pero ya no hay tiempo para lamentos.

Llegué con una idea en mi mente que no paro de repetirme desde que cené con mi grandísima amiga M.S. Porque aunque puede sonar un poco repetitivo, y algunos crean que hay un tiempo concreto para superar los baches, cada uno tenemos nuestro termómetro de superación y nadie es quién para juzgarlo. 

“Pulga, es que hay algo que todavía no entiendes y así es imposible avanzar…

esto no pasó porque tú hicieras algo mal o porque podrías haber hecho las cosas de forma diferente.

Las cosas pasaron así porque él no quería que fuera de otra manera".

Y aunque parezca algo tan evidente y una frase que probablemente me hayan repetido hasta la saciedad, creo que no fue hasta ese día en el que entendí su significado y conseguí aplicarlo.

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foto: @pintrerest

Hoy, gracias a Dios cada día veo más lejana la vida que un día me perteneció. Creo que la exigencia física que requiere preparar un reto deportivo como el #Ironman70.3 no deja que la cabeza piense en otras cosas, estoy centrada en mi nueva vida de calidad, y me encanta.
Sun · Sea · Salt.
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