MI CASUALIDAD
9 de noviembre de 2018
¡Hola a todos!
¿Qué tal vuestra semana? Después de mi fin de semana pasado, divertido y agotador al mismo tiempo, la verdad es que tenía ganas de volver a la rutina.
Deporte por las mañanas, cocinar, leer, escribir… y seguir avanzando.
Estoy bastante impresionada porque no hace ni un mes que llegué y ya considero mi nueva casa, mi hogar. Mi sitio de descanso, un espacio donde evadirme y sentirme tan a gusto.
Hace unos días mientras leía el post que me dedicó una gran amiga sentí una bocanada de aire fresco, una increíble sensación de libertad y paz conmigo misma. ¿Conocéis esta sensación? ¿Cuando por fin abres los ojos y estás en modo receptivo?
Foto: @pulgasdm
"Asturias 2014"
Ella ha conseguido en muy pocas palabras encerrar toda la verdad de la ruptura en una relación. Voy a tomarme la libertad de entrecomillar alguna de sus frases mientras voy explicando lo que he sentido al leerlas:
“Hubo casualidades que fueron lo menos casual de vuestras vidas”.
En el viaje del que os hablaba el otro día me crucé con una persona que estaba muy relacionada con mi pasado. Muchas veces nos empeñamos en buscar y asociar casualidades para seguir aferradas a él sin pararnos a pensar que la gran mayoría de esas veces, no significan nada, o que la casualidad en realidad quiere darnos un nuevo mensaje.
Sólo depende de nosotros y, de las personas de las que nos rodeamos, saber encontrarle el significado positivo. Cuando me encontré con esta persona no me dolió porque cuando lo comenté con un amigo me dijo lo siguiente:
“Y ahora será testigo de tu nueva vida en México”. ¡Y tiene tanta razón!
Foto: @pulgasdm
Asturias 2014
La siguiente frase del post que asocio con mi vida es la siguiente:
“Hubo amigos del alma que no estuvieron ahí y gente que apareció de la nada como enviados por alguien para cuidar de ella”.
Una de las cosas por las que más agradezco haber pasado por un palo así es que en los momentos malos, aunque parezca un tópico, es cuando realmente te das cuenta de la calidad de las personas que te rodean.
Tanto, que he perdido contacto con muchas de las personas que pensé siempre estarían ahí. Tanto, que han aparecido otras imprescindibles, para sorprenderme y llenarme de alegría cada día. Una de ellas, sin ir más lejos, es la protagonista del blog del que hablaba más arriba. C.R.M. Termina su post con la siguiente frase:
“Hubo días malos y buenos, pero todos sirvieron para entender que nunca volverás, y, aun así, ser feliz”.
Por eso ahora cuando ya he hecho click y cuando tengo más esperanzas y ganas de mirar hacia el futuro que nunca, me sorprende no sólo saber que no soy la única que ha vivido algo así, sino saber que ya estoy fuera. Saber que miro mi pasado como si no me perteneciera y voy sintiendo hasta bocanadas de libertad.
¡Qué gusto da sentirse bien!